El día del delantero

Agustín tuvo un gran debut. 

La segunda y contundente victoria de Barrilete llegó desde los pies de sus delanteros y de la magia de Octavio, otra vez figura.

La victoria en le debut había dejado sin sabores propios del rendimiento colectivo. La contundencia de Octavio opacó el mal rendimiento y las pocas chances de gol. Desde el seno de la conducción, mejorar era el obejtivo para aumentar las chances de ganar y darle rienda a las aspiraciones del plantel. Para ello, todo el equipo debía ajustar las tuercas y dar un plus.

Las dimensiones de la cancha 2, se disimularaon bastante gracias al buen estado del césped, pensando en los espacios, barrilete salió a apretar para reducir, aún mas, los espacios rival. Santi, Octi y Cone fueron los primeros defensores de un equipo ofensivo. César fue el nexo futbolístico para las recuperaciones de Diego y Daro, ambos dedicados a la marca. En los primeros 20 minutos el equipo ahogó al rival y comenzó a desbordar por los costados, Octavio fue pieza clave en esa tarea y también controló muy bien la pelota en cada salida rápida. Santi y Cone se desgastaron en la presión y triangularon por izquierda con Pato, notablemente recuperado en lo físico aunque aún le falta con la pelota.

Tras un par de insinuaciones, Octavio recibió como puntero derecho y encaró a su marcador, ganó, eludió al arquero y la soltó par Cone que llegaba, junto a Santi, sólo por el medio, éste no tuvo mas que controlarla y empujarla al gol. El 1-0 era merecido y justificado por lo demostrado al momento. La tranquilidad ganada por la apertura se alteró tras una jugada clave, no sólo porque fue el gol del empate, sino por la forma en la que sucedió.

Un tiro libre cerca del área a favor de LWS se jugó mientras el árbitro marcaba los cuatro pasos reglamentarios, el receptor encaró pie a mano a Hernán, la pelota rebotó y le quedó servida al conductor del equipo quien con una bomba puso el 1-1. Si bien el árbitro omitió la recomendación de la FIFA que pide silbato cuando la jugada tiene peligro de gol, también  es cierto que el rival nunca pidió barrera y Barrilete se durmió. Autocrítica en mano, este tipo de errores, ya todos sabemos, cuestan puntos y en esta categoría no se puede regalar nada.

Los minutos siguientes mostraron lo peor de Barrilete, desorden, pérdidas del balón y faltas innecesarias. La idea se salió de foco y el equipo lo sintió. El pitazo final de la primera etapa sirvió para calmar las aguas y reorganizarse de cara al complemento. Lo único rescatable fue un excelente disparo de Germán que salió besando el palo iquierdo del arquero, tenía destino de golazo.

El equipo salió al igual que el inicio y tuvo el 2-1 en la cabeza de Cone tras un gran desborde y centro de Octavio que el 8 no pudo conectar con presición. Marce lo reemplazó para acompañar a Agustín, la nueva promesa, que ya estaba en cancha tras haber relevado a Santi. El equipo ganó peso en ofensiva y fue más ambicioso. Pucho seguía por la derecha (había entrado por Diego en el PT) y el equipo empujaba.

Una pelota que parecía perdida fue corrida por Agustín, quién se la punteó al arquero cuando este la iba a agarrar. Marce recibió de espaldas al arco que se encontraba vacío y con un toque suave, pero lleno de experiencia, metió el 2-1 clave. De ahí en mas LWS no tuvieron reacción y Barrilete se amigó con el gol.

Tras un corner, Marce ganó de arriba, la pelota fue sacada en la línea y Agus llegó para meter la patita y liquidar el partido, 3-1. Mientras, Santi ingresó para jugar sus últimos minutos (del año?) y hacer más prolongada su despedida. Agustín ganó en una tremenda corrida y disparó a puerta, su remate fue ancho y Marce, también con olfato, llegó para corregir y meter el cuarto. El quinto llegó tras otro rebote muy bien capitalizado por Agus que metió el puntín para sacarle una sonrisa al Gato que estaba presente en el palco de honor junto a todo su séquito de R12.

Santi se despidió con un triunfo.

Barrilete no brilló, pero fue mas que su rival y lo demostró en cancha y en la red. Lo importante es ponerse a tiro para estar ahí sin dar pasos en falso.

C8