martes, 10 de marzo de 2009

Barrilete 6 x 0 Pasto


Media Docena




Con tiempo algunos propusieron una receta, otros aportaron los ingredientes y entre todos le fueron dando forma a la masa, el verano caluroso les dio la temperatura justa y el domingo generó el marco ideal para una buena mateada.

Era el debut del cebador, aunque es sabido que conocía el proceso de producción, pero de todas formas tomó las riendas, le indicó a los comensales cuáles eran sus lugares y propuso un ida y vuelta interesante.

La ronda de mates iba tomando velocidad, dinámica, el besito en el culo y la repetición de la cebada entusiasmaba, estaba todo dado para darle rienda a la gula, pero las facturas se hacían esperar. Recién al final de la primera pava apareció el primer sacramento, la verdad que no tenía mucha pinta ya que se había caído del paquete, pero de todas formas fue la apertura de la merienda.

Ya entrado el segundo termo, el agua estaba en su temperatura justa, pero esta vez, el churro fue el segundo en deglutirse, clásico y tradicional, aseguró que la mateada no iba a quedar incompleta. Después le siguieron otros dos churros, uno relleno y otro bañado en chocolate, ya la degustación se tornaba exquisita.

Luego de tamaña aparición, no podía faltar la medialuna de manteca, que fue impactada casi en paloma por quién fue a buscar tras seguir atentamente la parábola que dibujó la habilitación.

El paquete parecía vacío, la satisfacción estaba asegurada pero uno de los comensales que se integró un poquito mas tarde vislumbró lo que parecía no existir, con cautela pero sin acercarse mucho al paquete sacó la última pieza, el cañoncito de dulce de leche cerró la mateada, un aplauso cerrado de todos los comensales y una felicidad propia de quienes sienten que han disfrutado de una de las cosas mas simples que tiene la vida, para que tengas, para que guardes y para que repartas, claro...

Cone(9)

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