lunes, 17 de marzo de 2008

Sensaciones

Las cartas están echadas


Dos miu oitooo!!! Frase trillada en cualquier medio comunicativo en la costa de Sao Paulo, sentado en una piedra observando el romper de las olas, la serena retirada de la marea me trajo a la cabeza la nueva temporada Barrileteana 2008, no será una más, no hay indicios para que eso suceda, éxito o fracaso, nuestra propia exigencia nos condena a querer ser mejores y a tomar decisiones. Vaya si las tomamos, limpiamos culpas, removimos nuestro propio puñal entre las tripas y dejamos salir ese grito contenido "cambio juez!!!", grito que hace sólo el DT o, en su defecto, el reemplazante desesperado por no dejar pasar ni un segundo dentro del campo. Todas las corrientes dentro del plantel coincidieron en que el equipo necesitaba un "refresh" y con la ley del fútbol en la mano desidimos no renovarle el contrato de confianza a Cachín, hoy, nuestro ex DT. Quién logró el Bicampeonato, quién nos llenó de anécdotas propias como ajenas, quién (como todos) acertó y se equivocó, y que, luego de una evaluación de largo andar que desencadenó en su ida, se nos abrieron las puertas para otros desafíos. Detrás de él se fue su hijo, emblema y capitán del hoy ex DT, quién lamentablemente no supo escapar al rol de hijo para ser jugador de un equipo acostumbrado al éxito y que, en la primera de cambio no supo apoyar la recuperación desde su elevada edad acompañada de su basta experiencia como jugador, quizás, lo mas importante, esta vez a Coco no lo mató la Coca sino su propia inmadurez. Nadie puede salir ileso y nadie podrá olvidar los momentos vividos al lado de aquel conductor que no se conformaba con ser "sólo el que hace los cambios y traer una heladerita con agua" pero tampoco nadie podrá escapar de la levantada anímica que ofrece el cambio de conducción. Una buena desición trae buenas consecuencias, las causalidades (porque las casualidades no existen) sumado a la oportunidad, hicieron que el Nº18 se calce el buzo de DT, un viejo conocedor de los "pasillos" de Ciudad, de chiquito acompañaba a su padre para verlo jugar y sociabilizarse con quién transitaba el predio, los árbitros lo saludan con la misma energía con la que lo amonestaban por descargar en la cancha su frustrada afición por la radiodifusión acompañado por esa "manito en el hombro" que irrita a cualquier mortal que proteja su dignidad. No sólo por su papel con los hombres de negro es conocido, sino por estar y apoyar siempre, ya en sus últimos años, dónde dejó atrás el pique corto, mejor dicho, el pique en todos sus tamaños que bien supo desplegar en su paso por la selección de la UBA, se hizo importante en los partidos chivos, por ser un jugador táctico, con personalidad y gol se vislumbraba su otra mirada, esa que hoy lo llevó a conducir los hilos del mas famoso de los barriletes.
Dicen que la justicia es lenta pero llega, Seba Echeverría fue protagonista en febrero de 2007 de una de las decisiones más dolorosas que un jugador puede padecer, el equipo le dijo "no" a su incorporación al plantel de los 16 eligiendo a su tocallo, jugada morbosa del destino, Sebastian "Gatao" Cambiasso, pero el tipo, fiel a su perfil de tipo duro, recio y aguerrido, aguantó y se embarcó en el Arguelles Project para ser jugador fundacional del Dep. Pasto, de campaña casi exitosa (se quedó a las puertas del ascenso) siendo figura, referente y capitán. Hoy llega para aportar experiencia, actitud ganadora y rendimiento, pero también, fiel a su estilo, descargó con humildad "vengo a ser uno más".
Miguelito, Migue, jugadorazo, goleador, rezongón, figura...infinidad de nombres y/ó atributos para una de las máximas figuras del equipo. Miguel Montes simboliza el gol en Barrilete y, después de ver nacer a Juanita, su primer hija, no siente las ganas de abandonar lo que supo ganarse a fuerza de goles y actuaciones memorables, su lugar en la lista de los 16 está asegurado y la sensación de que en cualquier momento Barrilete factura, también.
Sigo sentado en esa piedra y veo que detrás de la ola que se va viene otra con más fuerza, amenazante y aunque sepa que será contenida por la geografía del lugar, no dejo de sentir esas cosquillas en la panza una y otra vez, como cada vez que pongo mi mano en medio de todos mis compañeros para gritar "vamos Barrilete!".

Cone(9)

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