Pase entre líneas

El Efecto Barrilete

Se estarán preguntando... ¿Qué es el efecto Barrilete?

Llegué una mañana de domingo a Ciudad Universitaria para jugar mi primer partido del Interfacultades. A lo lejos se observaba un grupo de gente con camisetas verde luminosas como la que supe vestir años atrás en los torneos del Bajo Flores generándome una nostalgia importante como un nuevo amor a primera vista. Al acercarse pude distinguir algunas caras nuevas conocidas, se distinguían sonrisas entre las caras de cansancio, se escuchaban chistes y cargadas a cada segundo; y nadie se alejaba del grupo.

Pero el tiempo pasó y no fue sino hasta un año después que uno de los personajes de ese grupo vino a hacerme la propuesta que cambiaria mi vida de ahí en adelante. “No podes dejar pasar una oportunidad así” me aconsejó otro mientras entrabamos en calor en un entrenamiento, un martes caluroso de marzo. Y así fue como comenzó a afectarme el Efecto Barrilete, un efecto que sigue hasta hoy.

Entonces, luego de analizarlo bien, llego a la conclusión de que el Efecto Barrilete es el que hace que uno se levante un fin de semana a las 9 de la mañana para ir a correr hasta el agotamiento, haga frio o calor, bajo una fuerte lluvia o un sol radiante; es el que hace que uno deje a su novia o familia un día entero para correr atrás de una pelota; es el que hace que las personas te vean con cara de “¿qué le pasa a este loco?” cuando te estás riendo solo mirando el monitor de la computadora.

Pero ahí no termina. El Efecto Barrilete también tiene sus consecuencias, que son las más importantes y las que quedan cuando uno está de vuelta bajo las reglas de la normalidad (porque si, el efecto Barrilete te aleja de la monotonía): uno puede girar la cabeza en cualquier momento del día y encontrarse con las consecuencias: uno abre el placard y ve “la verde-fluo” dobladita y siempre preparada, levanta la vista y ve un cuadro que dice “campeón”, uno abre un cajón y ve una medalla.

Por eso no cortemos con el Efecto Barrilete, no permitamos que nada ni nadie lo lastime ni lo controle. Que siga siendo ese que hace que uno espere más que nunca el fin de semana, el asado, las jodas, los mails y por sobre todo el que siempre haya alguien ahí, en las buenas y en las malas.

Damián Eiberman

Campeón en 2006
Goleador del equipo en 2007
Periodista de "Algo hay que hacer"
Plateista de la San Martín